domingo, 7 de noviembre de 2010

Crisis o nuevo orden económico y social (I)

El análisis

Una situación nueva como la denominada “crisis” de hoy requiere nuevas herramientas de análisis y nuevas soluciones. Repetir las soluciones que se adoptaron en crisis anteriores no hará más que allanar el camino para próximas crisis.

Utilizar las mismas formas de pensar y actuar que nos han conducido a la situación actual no parece lo más prudente. Algo ha cambiado y nuestra forma de pensar debería cambiar profundamente.

Peter Senge, Director del Centro de Aprendizaje Organizacional del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en su estudio sobre los sistemas organizativos concluye con varios patrones de comportamiento de las organizaciones entre las cuales quiero destacar tres:

1- Los problemas de hoy son las soluciones de ayer.
2- Las cosas siempre mejoran antes de empeorar.
3- Causa y efecto no están fácilmente relacionados ni en el tiempo ni en el espacio.

La globalización ha potenciado las interrelaciones y sus efectos sistémicos en el conjunto mundial al que podemos considerar, más que nunca, como un sistema organizativo complejo. Basándonos en lo anterior podemos aplicar los patrones de Peter Senge al modelo económico global.

Puesto que se cumple que las soluciones siempre producen una mejora a corto plazo [2] y los efectos a largo plazo que se producen según [3] no los relacionamos con la solución inicial como causa porque se produce en un tiempo diferido, no hemos entendido nunca que los problemas que tenemos proceden de las supuestas soluciones del pasado [1].

Inyectar liquidez al sistema comprando bonos como ha decidido la FED, es repetir la solución que se adoptó en el periodo 1992-1994 cuando el gobierno de Busch decidió inyectar liquidez al sistema devolviendo grandes sumas a los ciudadanos. Su efecto ocurre hoy pero tal vez no lo relacionamos. Esto podrá paliar el problema del crecimiento económico en el corto plazo, pero seguro que tendrá consecuencias diferidas en el tiempo.

Existe un problema de fondo en el sistema económico que produce efectos variables en el tiempo y de cuya naturaleza poco sabemos. Aplicamos “soluciones” para remediar los efectos pero no las causas que aparecen sumergidas en el gran iceberg de las interrelaciones sistémicas. Nuestro cerebro no está aún preparado para ello por lo que nuestra comprensión de las verdaderas causas permanece oculta a nuestro entendimiento.

¿Qué obstaculiza nuestro análisis riguroso?

- La duración de los políticos en el cargo limita su análisis al tiempo de duración de sus responsabilidades, al igual que en su capacidad de análisis histórico.

- La excesiva preocupación por los resultados inmediatos en todos los sectores y actividades de responsabilidad es el mayor inhibidor de nuestro potencial de análisis.

- Tal como apunta la “dialéctica” de Hegel la evolución del aprendizaje social se basa en interpretar las incoherencias del momento a las que busca soluciones. Las soluciones a efectos o consecuencias no deseadas suelen orientarse en la búsqueda del resultado opuesto, lo que no actúa directamente sobre las causas.

- W. Edwards Deming estableció que nunca debíamos intentar solucionar problemas cuyas causas fueran aleatorias o naturales del “sistema”, salvo mejorando el sistema para reducir su variabilidad. Hacerlo de otra forma conduce inevitablemente a empeorar futuros resultados.

- Falta de una herramienta técnico-científica para comprender y decidir en situaciones complejas cuya utilidad es especialmente necesaria para directivos de organizaciones empresariales, educativas, económicas y públicas.

2 comentarios:

  1. Hola Jordi,
    Al leer tu blog me he acordado de las famosas LO’s (learning organizations) de Senge, y su relación con el aprendizaje organizacional.

    Las organizaciones pueden aprender mucho y bien, en vez de poco y mal, como suele ocurrir en la realidad porque habitualmente acaban aprendiendo solo algunas de sus partes y sus miembros de forma individual, pero se acaba olvidando el conjunto en mi opinión.

    Un saludo,
    Marga Moya

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  2. Hoy viendo un vídeo de AcKoff me reafirmo en que el problema está en nuestros genes. Para entender el funcionamiento de un juguete lo primero que hace un niño es descomponerlo en sus partes.

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