miércoles, 30 de junio de 2010

Nueva perspectiva directiva para superar la crisis

El conocimiento transformador


Ni el trabajo duro, ni los mejores esfuerzos, como tampoco dar de si mismo lo mejor de cada uno serán, por si mismos, suficiente para salir de la crisis ni mejorar la situación de una empresa. Muy al contrario, pueden profundizar en el agujero en que nos encontramos. Para ver el agujero en que estamos necesitamos que nos ilumine conocimiento externo, desde el agujero no sabemos donde estamos. Pero para salir de la situación en que estamos es necesario desarrollar conocimiento propio.

Destaco que la magnitud de las principales pérdidas, causadas por decisiones erróneas de la dirección, o la falta de decisiones correctas, son desconocidas e imposibles de conocer. Se estima, no obstante que representan el 94 % de las pérdidas totales, frente a un 6 % de pérdidas causadas por errores de los empleados. No obstante los managers y mandos intermedios están generalmente convencidos que dan lo mejor de si mismos y lo hacen bien.

¿Cómo puede conocer la magnitud de las pérdidas un hotel, restaurante, que pierde clientes porque una mala decisión del management les ha dejado insatisfechos? ¿Cómo puede conocer un sencillo bar que por ahorrar unos céntimos por café, clientes habituales dejan de ir reduciendo los ingresos en 1€/díax300 días al año = 300 € por cliente, cuyo número es inmesurable, frente a un ahorro de 0,05 € por café? Sin embargo, este error es habitual y lejos de ayudar a salir del agujero, nos ahonda más y más en él.

Pero el mito de que lo que no es medible no se puede gestionar es falso. Ha sido el mito más costoso y dañino de la historia empresarial reciente “solo lo que es medible puede ser mejorado”. Falso. Sí podemos gestionarlo, aunque no lo podamos medir en la cuenta de resultados.

Algunos aspectos a considerar para optimizar la función directiva:

1.- Pensar y dirigir en términos de Sistema: la organización debe ser vista por su línea de dirección como un sistema, o sea una red de elementos, todos ellos interactuando entre si (empleados, departamentos, proveedores, clientes, accionistas, managers, competencia, etc.). Cualquier decisión sobre una parte afectará al resto de partes y así debe pensarse a la hora de tomar decisiones.

Debemos plantearnos el propósito del sistema (la organización) en beneficio de todos sus componentes. Solo así el sistema se beneficiará de todas las aportaciones.

Un sistema se beneficia de las aportaciones individuales de cada elemento y de la interrelación entre estas aportaciones:

Sea Xi la aportación individual de un elemento (empleado, cliente, proveedors,...)

Aportaciones individuales:

X1 + X2 + … + Xn

Aportaciones interrelacionadas:

X1 X2 + X1 X3 + X1 X4 + …
X2 X3 + X2 X4 + …


X1 X2 X3 + X1 X2 X4 + X1 X2 X5 +... => si negativo, sistema en CAOS
X1 X3 X4 + X1 X3 X5 +...

X1 X2 X3 X4 + X1 X2 X3 X5 + …



Las aportaciones que interactúan pueden tener un valor positivo, nulo o negativo. En este caso el sistema anula en alguna magnitud las aportaciones individuales. La interacción, pues, puede y debería reforzar los esfuerzos, pero también puede hacer que se anulen. Ello depende del “SISTEMA” y es responsabilidad de la dirección.

La dirección de la empresa debe focalizar su atención al sistema, si no lo hace los empleados por si solos no podrán mejorar ni la calidad ni las ventas ni la estabilidad del sistema. El Management debe tener el conocimiento suficiente del sistema para entender como interactúan las distintas fuerzas y de como el sistema afecta a las personas. Ahí están las causas directas de la ineficiencia en una organización.

Un ejemplo: X1 representa compras, X2 producción y X3 representa ventas, como podrían representar individuos concretos.
Si a compras(X1) le ponemos objetivos anuales de reducir costes de componentes adquiridos, a producción(X2)de alcanzar unas cuotas de fabricación y a ventas(X3) de lograr una facturación mínima. ¿Puede que los tres consigan sus cuotas y se perjudique la empresa?. Respuesta Si:

X1 ==>Compras consigue su objetivo, comprando componentes más baratos a proveedores menos fiables y encareciendo los costes de producción, de stock y la calidad.
X2 ==>Producción consigue la cuota de producción con mayores costes, al disponer de peores suministros, y reduciendo la calidad final.
X3 ==>Ventas logra la cuota de facturación, con falsas promesas y aumentando los costes de garantía, pero mermando la credibilidad de la empresa a futuro.

X1 + X2 + X3 positivo
X1 X2 X3 negativo



2.- Entender la Variabilidad: la realidad es siempre cambiante. Nunca dos productos serán absolutamente idénticos ni un proceso dará siempre los mismos resultados. Sencillamente es imposible. Tampoco el mercado parece constante, el cliente también aprende a comparar.

El directivo debe ser capaz de distinguir entre las variaciones que son intrínsicas y comunes al “Sistema” (su responsabilidad) y las que están motivadas por causas especiales u ocasionales.

El coste de reaccionar a una variación común como si fuera un caso especial es enorme. Lo mismo el caso contrario.

Por ello es importante disponer de controles estadísticos del proceso que nos permitan predecir si un proceso es estable o no y si los resultados a obtener son predecibles. Si el proceso es capaz de producir dentro de los niveles de calidad “aceptables”.

La mejora del sistema debe conducir a reducir la variabilidad que engendra el propio sistema para así mejorarlo. Cualquier variabilidad es un coste. Para ello el manager y sus empleados pondrán a prueba diferentes ideas de mejora cuyos resultados deben estudiarse con una buena dosis de conocimiento sobre la variabilidad, no sea que se confunda una mejora con resultados dentro del ámbito de variabilidad permisible por el sistema.

Para ello hace falta unir a los criterios de variabilidad como funciona la generación de ideas.


3.- El conocimiento transformador: Descartemos de entrada que el conocimiento no es ni información ni datos. No importa lo fácil y rápida que sea hoy obtener información con las nuevas tecnologías.

La generación de conocimiento consiste en tener una predicción, idea o hipótesis (verdadera o falsa). Lo llamaremos una teoría. El proceso de creación de conocimiento procede de una revisión sistemática de mi teoría con la observación y la experiencia. Ni la experiencia ni la observación dan conocimiento de por si. Solo cuando esta observación se contrasta en positivo o negativo una teoría previa. Sin teoría previa a la experiencia no hay conocimiento.

Mi teoría es que el Sol sale porque me levanto todas las mañanas. Un día me quedo en la cama y a pesar de ello el Sol también sale. He aprendido que debo revisar mi teoría.

Teoría ==> Experiencia ==> CONOCIMIENTO

(Confirma, matiza o niega la teoría)

El trabajo del directivo y mandos intermedios contiene un alto grado de “predicción”. Someter a prueba dichas predicciones (teorías) generará conocimiento para la organización.

La fórmula práctica de poner a prueba las teorías es la que sigue:

TEORÍA ==> planificar la puesta en marcha de una experiencia ==> analizar y aprender de la experiencia ==> Confirmar, revisar y mejorar o negar la teoría ==> repetir el ciclo tantas veces sea necesario hasta llegar a la mejora deseada.

El resultado es la mejora continua y la innovación.


4.- Estudio de los comportamientos (psicología): El directivo debe entender de que manera el “Sistema” afecta al comportamiento de cada uno de los individuos y grupos.

Los objetivos por objetivos (MBO), por resultados (MBR) o por cuotas generan falta de cooperación entre los grupos.

Los resultados de un informe estarán influenciados por el estilo de dirección. Nadie quiere ser portador de aquellos resultados que la alta dirección no quiere escuchar.

La mejora debe considerar, pues, como afectará el nuevo sistema a los individuos y grupos.

Conclusiones

El directivo debe lograr que la competitividad se transforme en cooperación, y para ello debe ver la organización como la interacción de todas sus partes. Como un sistema con una finalidad común.

Debe saber interpretar la información a la luz de la variabilidad o ruido que el propio sistema induce y saber que una mejora aparente, al igual que un deterioro, puede ser simplemente fruto de la variabilidad natural del propio sistema que el dirige.

Finalmente debe utilizar fórmulas para crear conocimiento interno. Pero antes que nada, debe recibir luz externa que le permita identificar en que agujero vive su organización.

domingo, 20 de junio de 2010

Fomentar la cooperación en lugar de competencia

Cambiar el modelo de relación dentro de la empresa

Estamos viviendo cada vez más bajo la presión de un sistema de relaciones entre personas, entre departamentos, entre organismos, en los que el valor preponderante es la competencia. La cooperación brilla por su ausencia.

Las grandes empresas gestionan las personas de forma que fomentan una competitividad cuyos resultados no benefician ni a las personas ni a la organización. Esta forma de relación, lejos de aportar algún valor positivo para la empresa, es la causa de una creciente ineficiencia.

Una empresa es una red de personas, grupos, departamentos, proveedores, asociados y personas, con una gran interdependencia, que trabajan (o deberían) para el logro de un propósito común.

Aunque los esfuerzos de cada grupo en una empresa, tienen una fuerte interrelación entre sí, estos esfuerzos no suman en la misma dirección si no hay cooperación para el logro del propósito común.

Hay miedos, egoísmos y fines individualistas que lejos de fomentar la mejora de la organización, crean competitividades artificiales para sacar rendimientos individuales. También la incompetencia puede camuflarse creando competencia entre los miembros del propio equipo –mientras ellos se pelean no me supondrán un peligro-.

Cada grupo tiene sus propios objetivos y, llevados al límite, para alcanzarlos puede destruir otro grupo y finalmente la empresa. Si al departamento de compras se le exige reducir el “coste” de compras en un porcentaje, ello irá de por si en contra de los objetivos de producción y del cliente. El departamento de compras de una empresa puede fácilmente cumplir con un objetivo de ahorrar dinero del “primer coste” produciendo grandes pérdidas desde el almacén a la atención al cliente, es decir, en detrimento de la empresa.

Para agravar más la situación, las empresas grandes de difícil gestión, se reorganizan distribuyendo algunas de sus áreas como “centros de beneficio”. Cuando los componentes de la empresa alcanzan niveles de egoísmo, motivado generalmente por el estilo de dirección, sus miembros son puros competidores y finalmente los centros de beneficio independientes no cooperan, se ha plantado la semilla de la mayor ineficiencia y de la destrucción de la empresa. Es solo cuestión de tiempo.

La solución está en promover la cooperación. Pero para ello hace falta un estilo de dirección que promueva esta cooperación, y para ello hace falta que esta dirección entienda y sepa explicar el propósito de la organización y el plan que tiene para alcanzarlo (si lo tiene). Que el logro del propósito común, será bueno para el conjunto y para todos los individuos. Los objetivos individuales o de grupo deben eliminarse porque son el primer obstáculo, auténtica barrera para la cooperación.

Un buen símil es una orquesta. Debe estar formada por los mejores músicos. Largos periodos de ensayo, bajo la tutela del director, para compenetrase en un trabajo de colaboración y lograr un propósito: una buena sinfonía.
Pero, ¿qué ocurriría si cada músico quisiera destacar?. El fracaso de la orquesta y una mala sinfonía. Esto es donde nos lleva la forma de relación egocéntrica y competitiva que se está promoviendo en las empresas.

La sinfonía empresarial cada vez suena peor.

jueves, 17 de junio de 2010

El crecimiento requiere Calidad y Dirección Estratégica


Joan Miquel Hernández, Oriol Amat, Antoni Soy y Francesc Martos
en la presentación del estudio en el Parc Tecnològic del Vallés "Les empreses d’alt creixement i les gaseles a Catalunya"



En el recién estudio publicado por el “Departament d’Innovació, Universitats i Empresa” de la Generalitat de Cataluña, sobre las 250 empresas de más alto crecimiento en Cataluña extraigo la siguiente información:

1.-Causas principales del éxito atribuido a las direcciones de las 250 empresas:

Dirección Estratégica: 41 %
Calidad: 23 %
Internacionalización, innovación, rrhh, comercialización y otros: 36 %

2.-Nivel de certificaciones de calidad

Frente a un 2,3 % de empresas certificadas con un sistema de calidad (generalmente ISO 9000) en el conjunto de Cataluña, las 250 empresas de alto crecimiento representan el 41,3 %, lo que representa casi multiplicar por 40 la media catalana.

No deja de ser curiosa la banalización que se ha hecho en los últimos años de calidad y la planificación estratégica.

sábado, 12 de junio de 2010

El nuevo rol del alto directivo

12 criterios directivos clave para una empresa competitiva

(Sigue del post “El rol del directivo debe cambiar”)

Hablaremos del rol para directivos de empresas cuya visión incluya: asegurar el mantenimiento del negocio a largo plazo, ser competitivos y tener un mercado satisfecho.

Se trata, pues, de las cualidades y criterios de un directivo capaz de transformar continuamente la empresa para hacerla más competitiva y ganar mercado.

1.-Conocimiento suficiente de todas las áreas del negocio
Como que solo se puede mejorar lo que se conoce, es imprescindible que un director general tenga un conocimiento suficiente de todas las áreas de la empresa. Y de él para abajo el mismo criterio.

Los problemas a los que habrá que hacer frente no excluyen ninguna área.

Un alto directivo difícilmente podrá coordinar las actuaciones de su equipo de dirección si no tiene unos conocimientos suficientes para entenderlas todas: producción, compras, comercial, finanzas, laboratorios, diseño, ingeniería, etc.

Ni siquiera podrá elegir al mejor equipo, al más cualificado. En estos casos lo que ocurre es que ante la incapacidad, se elige a personas por su fidelidad y no por la capacidad directiva y profesional, lo que conlleva el primer paso al fracaso en todos los intentos de mejorar la organización.

2.-Eliminar el miedo dentro de la organización
Nadie puede dar lo mejor de si mismo ni con stress ni con miedo. El miedo inhibe aspectos tan importantes como las ganas de aprender a hacer mejor las cosas y las ganas de buscar conocimiento.

Deben asumirse riesgos a equivocarse para promover una mejora. Para ello hace falta no tener miedo ni a equivocarse ni a plantear problemas o ideas.

Quienes promueven la “cultura” del miedo nunca sabrán lo que realmente es mejorable en su organización.

3.-Pensar con visión de largo plazo
El directivo debe tener una visión de la propia empresa que asegure su continuidad futura, su competitividad, permanencia en el mercado y su adaptabilidad.

Ello significa esforzarse permanentemente en mejorar la empresa y que nunca se decida una reducción de costes, ni una política comercial que benefician los resultados a corto y no a largo plazo.

Como indicaba en mi anterior post, cualquiera puede mejorar los beneficios a corto plazo, basta con dejar de gastar en aquellas cosas cuyo efecto negativo tardará en verse (mantenimiento preventivo, formación, etc.)

4.-Tener una política y unos valores estables, con constancia de propósito
La forma de gestionar una empresa que aquí se propone implica una mejora continua, por lo que solo un propósito constante posibilita el éxito. No hay un antes y un después, es una constante y permanente búsqueda de la mejora. El día que se pare en este propósito empieza el deterioro.

Un pequeño cambio de esta orientación hace perder toda credibilidad interna y externa.

5.-Promover la calidad como base para mejorar la competitividad y la situación en el mercado
Si centramos los esfuerzos en mejorar la calidad en todas las áreas de la empresa y con un enfoque al cliente, se reducirán los costes de la no-calidad y se ganará mercado.

Por el contrario, si nos focalizamos en la reducción de costes, empeorará la calidad y se perderán clientes.

6.-Mejorar continuamente el sistema
El sistema es el conjunto formado por la estructura organizativa, su coordinación, la comunicación en todos los niveles y las formas de trabajar.

Un sistema es tanto mejor como menos causas de variabilidad produzca. Un sistema inadecuado introduce un ruido organizativo (sistémico) que causa ineficiencias cuya solución no está en manos de ningún empleado. (Son las causas comunes de los procesos “bajo control”).

La variabilidad producida por el sistema debe reducirse continuamente ya que introduce un coste de ineficiencia, cuya solución está solo en manos de la Dirección.

7.-Formar personalmente a la línea jerárquica inmediata
Transmitir esta forma de hacer hasta el último manager, el último encargado. Sustituir el criterio de “supervisión” por enseñar a hacer mejor el trabajo.

No puede seguir existiendo la figura del supervisor. Si alguien comete errores, el responsable superior debe ayudarle a entender mejor su trabajo y mejorarlo. Éste debe ser su mejor valor añadido y no la de simple supervisor del cumplimiento de unas cuotas. Solo lo podrá hacer si cumple el requisito 1.

Conviene favorecer las promociones internas en base al grado de conocimiento adquirido.

8.-Eliminar cuotas y objetivos personales
Una empresa puede estar formada por sub-organizaciones muy eficientes en el cumplimiento de objetivos individuales. No obstante, rara vez estos objetivos individuales o departamentales no entran en contradicción en algún momento con el objetivo global de la empresa.

El departamento de compras puede tener el objetivo de reducir un 10 % el coste de las mismas, tal vez ello entre en contradicción con el objetivo de producción ya que deteriora su productividad, o el comercial que redundará en más quejas. O en los costes futuros de las propias compras.

9.-Fomentar la satisfacción por el trabajo bien hecho
Si el sistema permite al operario, al manager, etc. hacer un buen trabajo, sin excesivos errores causados por el propio sistema, ello redundará en su empeño en mejorar y aportar valor añadido.

Si por el contrario, el ruido del sistema, produce de por si mucha ineficiencia desmotivará al empleado para mejorar.

10.-Fomentar la participación en la toma de decisiones
Como más cerca de cualquier actividad, más se conocen las causas de los fallos y los problemas.

Hay que considerar que los empleados son inteligentes y pueden aportar muchas ideas de mejora en y para su propio trabajo.

11.-Asegurar un buen canal de comunicación jerárquico que asegure que la información fluye hasta el último empleado
La transformación de la empresa es trabajo de todos y ello requiere participación y conocimiento cristalino de la orientación que la Dirección da.

12.-Garantizar una buena comunicación y cohesión entre distintas áreas
Es importante para asegurar una buena coordinación, saber como las propias decisiones, problemas, etc. afectan a otras áreas y al revés.

Todos deben ver la organización como un conjunto al que se pertenece. Los objetivos del conjunto son los únicos que importan.

lunes, 7 de junio de 2010

¿Siguen las empresas la ley de Darwin?

Llevo una temporada leyendo el libro "Out of the Crisis" de W. Edwards Deming y continuamente encuentro una clara relación entre esta obra maestra de la Calidad y la realidad actual de nuestras empresas.

Quiero hoy mencionar dos citas textuales:


La supervivencia de los más adaptables. ¿Quién sobrevivirá? Las empresas que adopten la constancia de propósito por la calidad, productividad y servicio y avanzan con ello con inteligencia y perseverancia tienen una posibilidad de sobrevivir. Por supuesto deben ofrecer productos y servicios que tengan mercado. La ley de Charles Darwin sobre la supervivencia de los más adaptables aplica a las empresas igual que la selección natural. Es una ley cruel, sin piedad.

El problema se solucionará a si mismo. Los únicos supervivientes serán empresas con constancia de propósito por la calidad, productividad y servicio.”
____________________________________________________

"El beneficio a corto no es indicativo de la habilidad. Los beneficios a corto plazo no son un indicador del desempeño de un directivo. Cualquier puede pagar dividendos aplazando el mantenimiento, reduciendo la investigación o adquiriendo otra compañía.
Dividendos y beneficios, la barra de medir con la que son juzgados los altos directivos,...., no mejoran la posición competitiva de una empresa...la mejora de la calidad y la productividad si."

viernes, 4 de junio de 2010

El rol del alto directivo debe cambiar

La incapacidad de una parte significativa de nuestra alta dirección empresarial, presidentes corporativos, banqueros y políticos para gestionar las empresas, para preveer y planificar el futuro nos ha llevado a una crisis de consecuencias incalculables.

Durante los últimos años ha primado la cultura del beneficio rápido, de la reducción de cualquier "coste", del enriquecimiento personal, de escalar a cualquier precio altas posiciones corporativas, no exentas por otra parte de nominaciones a dedo. La cultura del pelotazo.

Obtener dividentos rápidos sin mejorar las propias empresas, sin crear cultura de empresa, ha ocasionado el desperdicio del talento, de la mano de obra, de materiales y recursos. En definitiva, el incremento de los costes de la ineficiencia con pérdida de nuestra competitividad.


Somos un país económicamente a la deriva, reflejo de nuestro dirigentes empresariales y políticos. Cuando el viento soplaba a favor, se obtuvieron buenos dividendos. Pero nuestras empresas no son competitivas, pocos se han preocupado de que lo fueran, se prefirió sacarles el jugo exprimiéndolas rápidamente. El beneficio rápido es incompatible con la consolidación de la empresa, al igual que el corto plazo es en esencia incompatible con el largo plazo.

Los responsables de esta enfermedad empresarial han sido altos directivos y políticos que no han sabido, o no han querido, gestionar adecuadamente. La falta de visión de nuestra "alta dirección" nos ha llevado a la situación actual.

Nuestros profesionales ni trabajan menos, ni son menos innovadores, ni cobran mayores salarios que en otros paises europeos de mayor competitividad, que sí son capaces de esquivar los vientos de la crisis. La falta de competitividad no se puede tampoco achacar a la escasez de materias primas, otros paises con menos, también son más competitivos.

La solución a nuestra pérdida de competitividad tampoco la encontraremos en los cambios tecnológicos, aunque éstos sean imprescindibles, si antes no aprendemos los fundamentos de una buena gestión. Tampoco está en la forma de reducción de costes que el "pensamiento lineal" de los mismos directivos que causaron la crisis proponen, pues como ya expuse en mis anterior post, solo los costes de la no-calidad son eliminables y deben eliminarse.

El problema está en el management, en la forma de gestionar las empresas, de dirigirlas y controlarlas. En la falta de liderazgo.


La solución a la crisis pasa, pues, por cambiar el estilo de management, el rol del directivo, para que asuma su compromiso por el largo plazo y un conocimiento de la propia organización (el SPK "System of profound knowledge" que anticipó Deming). El nuevo manager debe focalizar sus esfuerzos a hacer que la empresa sea cada día mejor y más competitiva.

Los nuevos managers deben saber más sobre la empresa que gestionan. Deben profundizar en los conocimientos rudimentarios sobre la naturaleza de las operaciones y el impacto de la no-calidad en los costes. Deben profundizar en el conocimiento de la calidad en su sentido amplio, para mejorar la competitividad. La calidad interna y el conocimiento de lo que el cliente espera. Solo así podrán mejorar la empresa.

El directivo del futuro debe tener un conocimiento suficiente de su propia organización para que le permita analizar propuestas de mejora e innovaciones de origen interno, aún cuando éstas tengan un mínimo de complejidad que va más allá del pensamiento lineal.

El país no puede seguir con la práctica de la movilidad constante de la alta dirección, supone un alto coste de ineficiencia. La movilidad excesiva va en detrimento de su capacidad de conocer en profundidad el negocio. La movilidad promueve los resultados a corto, pero aleja el interés y la capacidad por mejorar la empresa. Solo la interpretación del directivo como "vigilante" o controlador de los intereses de un grupo accionarial explica este sinsentido. En este caso no gestiona, solo controla.

Debe cambiarse el estilo de dirección desde sus cimientos, debe crearse una nueva forma de gestión que mire por la organización, por la mejora continua por "crear empresa". Es un cambio cultural y una nueva filosofía. Si el equipo directivo actual de una organización no puede asumir este reto, debe ser reemplazado inmediatamente.

De ello depende el futuro.